La sociedad vertiginosa y competitiva en la que vivimos, en innumerables ocasiones nos produce tensión y ansiedad. Si experimenta impotencia y permite que otras personas se aprovechen de usted, si piensa que no tiene tiempo para el amor o el buen humor, si se critica a sí mismo dañando su autoestima, si se siente insatisfecho con sus logros, si siente que no vive una vida feliz y sana, si justifica sus malos hábitos o despierta constantemente por la noche preocupado y temeroso, entonces ¡preste atención!, el estrés se ha apoderado de usted.
Esperen la segunda parte de este tema que sé será de mucha bendición para sus vidas.
Dios los bendiga y guarde de toda especie de mal.
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