LA FE QUE IMPRESIONA AL SEÑOR

https://youtu.be/_IfdaIX33Bk

Jesús se va de la región de Galilea, al norte de Israel, rumbo a la región de Tiro, que se encontraba al norte de Galilea. Esto, muy probablemente, para esperar a que se apaciguaran los ánimos de los fariseos, quienes se habían visto avergonzados y ridiculizados delante de una multitud, a causa de su celo por tradiciones vacías y no por la Palabra de Dios.

Una cosa es clara, y es que Jesús no fue a esa región a llevar a cabo una labor ministerial. Jesús no realiza allí más que un solo milagro (el de la mujer cananea o sirofenicia), no predica o enseña a persona alguna, sino que, como relata el evangelio de Marcos 7:24, Jesús entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera. El problema fue que no pudo esconderse, porque una mujer de la región fenicia de Siria, llamada mujer sirofenicia, se enteró que Jesús estaba allí, y fue a buscarle, con la esperanza en su corazón, de que Jesús podía liberar a su hija de la posesión de un demonio.

Pero Jesús, primeramente la ignora, pues como Él mismo le dijo a los discípulos, la labor que el Padre le encomendó, no incluía ni predicar, ni enseñar, ni hacer milagros, a pueblos diferentes al pueblo de Israel. Los discípulos le rogaron al Señor que la despidiera, es decir, que atendiera su solicitud y obrara en ella, para que no siguiera haciendo alboroto detrás de ellos, pero el Señor les respondió diciendo que Él sólo había sido enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

¿Por qué el Señor había decidido no atender a esta mujer o alguien más en aquel lugar?

Como él mismo lo dijo, solo había sido enviado a buscar a las ovejas perdidas de Israel, pues aún no era el tiempo en que serían tomados en cuenta los gentiles (no israelitas), pues la promesa de la venida del Mesías solo fue dada al pueblo de Israel, y por lo tanto, otros pueblos no esperaban su venida. Primero Jesús debía formar a unos cuantos que, después de la venida del Espíritu Santo (lo cual ocurrió el día de pentecostés), salieran a testificar a todas las naciones. Además, estaba en vigor el Antiguo Testamento, el cual fue dado únicamente a Israel, pero después de la muerte de Jesús, entraba en vigor el Nuevo Testamento o Nuevo Pacto, el cual incluía a todos los pueblos sobre la tierra.

Pero esta mujer no se iba a rendir tan fácilmente, no le importó ser ignorada y se propuso importunar al Señor hasta recibir respuesta a su necesidad; así que, alcanzó a Jesús, tuvo que haber corrido, pues primero iba gritando y suplicando detrás de Jesús mientras ellos avanzaban en su regreso a Israel, y cuando lo hubo alcanzado, se postró ante Él y le clamó diciendo: ¡Señor, socórreme!

A pesar del esfuerzo que ya había hecho, la respuesta que recibió no fue la que ella esperaba. Pero no estaba dispuesta a irse con las manos vacías, ella había escuchado acerca de los milagros del Señor, lo que demuestra que su fama había traspasado fronteras. Además, estaba en juego la vida de su hija. Esta mujer iba a hacer todo lo que fuera necesario para recibir aquello que necesitaba, y por eso, le responde a Jesús que "aún los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos". Esta respuesta sin duda impresionó a Jesús, quien decidió concederle aquello por lo que clamaba.

De aquí podemos extraer dos enseñanzas muy importantes; la primera, que no podemos rendirnos a la hora de pedirle al Señor por lo que anhela nuestra alma. En ocasiones, queremos que Dios nos dé respuestas con oraciones hechas a la carrera, como por salir del paso; y la segunda enseñanza, es que los padres deben orar por sus hijos, para arrebatarlos de las manos del maligno. Hay padres que padecen por la conducta de sus hijos y la mejor manera de lograr una transformación en sus vidas, es clamando delante de Dios por ellos.

Así que, no te rindas. Deja que continuamente tu oración llegue a los oídos del Señor, el cual puede darnos más abundantemente de lo que nosotros podemos pedir.

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Dios te bendiga y que tengas un excelente día.

LO QUE CONTAMINA AL HOMBRE

https://youtu.be/VCDKxmEKOUI

Después de que Jesús deja sin argumentos a los fariseos, le habla a la multitud para decirles que lo que entra por nuestra boca no nos puede contaminar; sino que nos contamina lo que sale de ella.

El Señor no le dio importancia al disgusto de los fariseos, pues la autoridad de éstos era pasajera. Ellos no tenían parte en los planes de Dios, pues Él conocía sus corazones llenos de avaricia y falsedad. Eran ciegos tratando de guiar a los ciegos.

Y mientras el Señor hablaba de los fariseos, Pedro le interrumpe para preguntarle por el significado de la parábola que Jesús había dicho antes, acerca de lo que realmente contamina al hombre. La pregunta con la que Jesús responde a los discípulos, indica que el Señor esperaba que ya, como consecuencia de estar por algún tiempo con ellos, los discípulos hubieran empezado a entenderle, aunque después les explica el significado de sus palabras.

Jesús les dijo que, lo que entra por la boca, lo evacuamos cuando vamos al baño, pero lo que sale de la boca, sale del corazón; y a continuación, les enumera algunos de pecados, tales como los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias…, indicándoles que su origen es el corazón, y son estas cosas las que verdaderamente logran contaminarnos, y no el comer con las manos sucias.

Si el Señor proyectara en una pantalla lo que hay en nuestro corazón, ¿qué se vería?, ¿vives consciente de lo que guardas en tu corazón?

Además de las cosas que mencionó el Señor, en el corazón también solemos alojar odios, amarguras, resentimientos, rencores, ira, tristezas, miedos, inseguridades y otras cosas semejantes a estas.

El Señor nos dice en Proverbios 4:23 “Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida”.

Nuestro corazón se ha convertido en una caneca de basura, en donde hemos depositado toda clase de sentimientos y actitudes que nos llevan a actuar de manera errónea.

Por esto, cada día debes pedirle al Señor que limpie tu corazón de todas estas cosas, pues así, el fruto que produzcas será un buen fruto. Tus acciones y tus palabras tendrán un condimento diferente y, por consiguiente, ellas mismas serán diferentes.

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DIOS ES MÁS QUE UNA TRADICIÓN

https://youtu.be/IOqTfYePimo

En esta ocasión, vemos que unos personajes bastante molestos, como eran los escribas y fariseos, que siempre tenían sus ojos puestos en Jesús y sus discípulos, con el objeto de encontrar en ellos alguna falta y así tener de qué acusarles, se acercan a cuestionar a Jesús, porque sus discípulos estaban desobedeciendo una tradición de los judíos, en donde no debían sentarse a comer con las manos sin lavar.

Jesús les responde preguntándoles por qué ellos desobedecían los mandamientos de Dios por sus tradiciones, pues a la gente le decían que, con dar ofrendas en el templo, ya con eso estaban ayudando a sus padres, invalidando el mandamiento de Dios que dice “Honra a tu padre y a tu madre”, y “el que maldiga a su padre o a su madre, muera irremisiblemente”, y no le dejaban hacer más por ellos. Esto con el fin de que sus ofrendas fueran más grandes.

Seguido de ello, los llama “hipócritas”, ya que eran personas que mostraban una cara ante la gente, pero en su interior, eran otra cosa totalmente diferente. Vivían únicamente de apariencias. Además, les recuerda la profecía de Isaías cuando dijo: “este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Isaías 29:13).

La relación que estos personajes tenían con Dios, tan solo era una tradición enseñada, pero en realidad, no conocían a Dios, no le obedecían, no escuchaban Su voz, no le obedecían de corazón.

Hoy en día, muchas personas viven de la misma manera, pues su relación con Dios se basa en tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación; pero no conocen a Dios ni Su palabra, por consiguiente, tampoco pueden obedecerle, no escuchan Su voz y su fe no llega a ser ni como un grano de mostaza.

Si esta es tu situación, si hasta el día de hoy no has tenido una comunión con Dios basada en la persona de Jesucristo, te invito para que te acerques a Dios, teniendo en cuenta que Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6). Si te acercas al Padre, en el nombre de Jesús, Él siempre te recibirá con los brazos abiertos.

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TOCAR EL MANTO DE JESÚS

https://youtu.be/tj3Uwzp4Byo

Cuando la barca en la que iba el Señor con los discípulos llegó a Genesaret, una ciudad a orilla del Mar de Galilea.

Pero apenas llegaron, los hombres de aquel lugar lo reconocieron y de inmediato regaron la noticia por toda aquella tierra y en sus alrededores, y trajeron hasta donde estaba Jesús, a todos los enfermos.

El versículo 35 de Mateo 14, nos permite ver que los habitantes de Genesaret tenían un plan organizado, en caso de que el Señor llegara hasta este lugar. La fama de Jesús iba creciendo cada día más, por todos los milagros que iba haciendo por donde quiera que iba, y su presencia era anhelada en muchos lugares, pues era la esperanza de sanidad para muchos enfermos y de liberación para muchos endemoniados.

Es por ese plan que, apenas reconocieron a Jesús, los hombres de aquel lugar se fueron a regar la noticia, no solo en Genesaret, sino en todos sus alrededores. Era tal la expectativa por la llegada de Jesús, que apenas recibieron la noticia, le llevaron todos los enfermos, y le rogaban a Jesús que les permitiera tan solo tocar el borde de su manto, y cuando lo hacían, quedaron sanos.

¿Qué tanto anhelas tú la presencia del Señor?, ¿tienes la convicción de que Su presencia es la respuesta a tus necesidades?

Son muchas las personas hoy en día que necesitan que la presencia del Señor llegue a sus vidas, para que puedan encontrar respuesta a tantas necesidades insatisfechas. Muchos necesitan de Aquel que, con solo el borde de Su manto, imparte sanidad y liberación.

Si has creído en Jesús y le has recibido como Señor y Salvador, tienes la oportunidad de acercarte cada día a Su presencia y tocar el borde de Su manto.

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CAMINANDO SOBRE LOS PROBLEMAS Y EN MEDIO DE TEMPESTADES

https://youtu.be/sswEoojJ3Zs

Después de que Jesús le dio de comer a las más de cinco mil personas que estaban con Él, escuchando sus enseñanzas, le dijo a sus discípulos que fueran adelante en la barca. El Señor envió a la gente a sus casas y luego se fue a orar. Estuvo orando hasta altas horas de la madrugada, para después ir caminando hasta donde estaban sus discípulos en medio del mar.

Recordemos que antes de reunirse con las multitudes que le seguían, el Señor estaba buscando estar a solas para orar al Padre, posiblemente buscando en Él consuelo, por la muerte de Juan el bautista. Pero a causa de la gente que le siguió hasta donde Él estaba, no pudo tener ese tiempo a solas con su Padre. Por esta razón, cuando vio que podía despedir a la gente, también le dijo a los discípulos que fueran ellos adelante, y así, Él iba a  poder estar en soledad con el Padre, como lo estaba necesitando.

Hay ocasiones en las que necesitamos y debemos aislarnos de todo, del trajín del día a día, de las personas que nos rodean, de los problemas, etc. para buscar la presencia de Dios y ser fortalecidos, dejándole a Él todas nuestras preocupaciones, nuestras angustias, nuestros temores y nuestras cargas.

Posteriormente, el Señor va caminando sobre las aguas y los discípulos al verlo, se llenan de temor. Pero el Señor los alienta y les dice que no deben temer, que al que veían no era un fantasma, sino Él mismo. Pero Pedro le dice que si realmente es Él, que ordene que también Él pueda ir caminando sobre las aguas, a lo que el Señor le dice: Ven. Pedro comienza a caminar, pero quita su mirada del Señor, para fijarla sobre el fuerte viento, lo que le hizo llenarse de temor y comenzar a hundirse. Le clamó al Señor que lo salvara, y Jesús, extendiendo su mano, lo salvó. De inmediato le reprochó su falta de fe y al subir a la barca, el Señor calmó el viento. Los discípulos, al ver todo esto, solo pudieron adorarle y reconocer quien era: el Hijo de Dios.

Esta es sin duda, una de las más grandes demostraciones que Jesús le dio a sus discípulos, acerca de su dominio sobre la naturaleza. Nunca se había registrado en la Palabra de Dios que alguien pudiera caminar sobre las aguas. Dios si había secado las aguas del Mar Rojo y del Río Jordán, para que el pueblo pudiera pasar en seco, pero ninguno había caminado sobre las aguas.

En ocasiones, nuestra vida se ve envuelta en tempestades, situaciones que nos llenan de temores y angustias. Pero si ponemos nuestra mirada en el Señor, podremos caminar sobre esas situaciones, sin que ellas puedan cubrirnos. Pero también es cierto que, si quitamos nuestra mirada del Señor, de Aquel que es nuestra confianza y fortaleza, el miedo nos invadirá y  a causa de la duda, nos hundiremos en los problemas. Aún así, si clamamos a Dios, Él siempre extenderá su mano para salvarnos.

Le pido al Señor que esta enseñanza edifique tu vida y puedas compartirla con tus amigos y familiares.

Si deseas ser edificado en la Palabra de Dios, pregunta por nuestra atención personalizada, o si tienes alguna petición de oración, no dudes en escribir.

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