LA ADVERTENCIA DE JESÚS

https://youtu.be/9bdADfNPSjw

Jesús estaba en la región de Magdala, a donde llegaron después sus discípulos, pero se les olvidó llevar pan.

Entonces Jesús, quien acababa de reprender a los fariseos y a los saduceos porque estos llegaron a probarlo pidiéndole una señal del cielo, les dice a los discípulos que se cuiden de la levadura de los fariseos, es decir, de su doctrina.

Los fariseos enseñaban la verdad de una manera distorsionada, fuertemente apegados a la ley de Moisés, tan estrictos que sostenían que Dios, es un padre estricto que vigila atento a los seres humanos para castigar la más mínima falla. Y, aunque creían en la vida del espíritu y el alma después de la muerte física, dejaban de lado el amor, la misericordia y la justicia, como lo relata el capítulo 23 de este mismo evangelio. Predicaban de manera radical que no son de este mundo y, por lo tanto, no debían vivir como si lo fueran.

Por otra parte, los saduceos, enseñaban que no había vida después de la muerte, por lo cual el ser humano podía vivir esta vida sin ninguna trascendencia. Como se encontraban "en el mundo", también estaban listos y dispuestos a ser "del" mundo, ya que, según ellos, Dios prestaba escasa atención a los hombres y tenía muy poco interés en los asuntos de ellos; creían que el hombre era el árbitro de su propio destino. Esta forma de pensamiento, daba lugar a vivir una vida de libertinaje.

De estas cosas es que el Señor Jesús les dijo a los discípulos que debían guardarse, ya que, como dice el apóstol Pablo, “un poco de levadura leuda toda la masa”. El Señor sabía que dejarse contaminar por alguna de estas enseñanzas, podría echar a perder la capacitación que ya habían recibido de su parte, y así, el mensaje del evangelio podría empezar a adulterarse, como efectivamente muestra el apóstol Pablo que ocurrió con los Gálatas.

Ese mensaje del Señor es también aplicable en nuestros días. Todos los que somos Sus discípulos, debemos guardar nuestra mente y nuestro corazón, de doctrinas que están por fuera de la Biblia, y esto nos obliga a profundizar nuestro conocimiento de la Palabra de Dios. Hoy en día son muchas las tradiciones y mentiras que se enseñan como si estuvieran en la Palabra de Dios, y el desconocimiento de las Escrituras, lleva a que muchas personas sean víctimas del engaño.

Si eres un discípulo de Jesucristo, profundiza en sus enseñanzas, profundiza en el conocimiento de la Palabra de Dios, así evitarás ser engañado con falsas doctrinas, y podrás seguir las huellas del Señor.

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Dios te bendiga y que tengas un excelente día.