El Señor Jesús después de manifestar su preocupación por las multitudes, ya que andaban como ovejas que no tienen pastor, escogió a doce de entre los que le seguían, para que empezaran a replicar la labor que Él mismo hacía: ministrar con el poder del Espíritu Santo en las necesidades de la gente.
La labor que les encomendó, era una labor integral, pues Dios no es respuesta únicamente para un área en particular en nuestra vida, sino que trata todas las áreas de nuestro ser, a saber, espíritu, alma y cuerpo (1ª Tesalonicenses 5:23).
Pero el Señor los envía con unas instrucciones específicas, tales como, "por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de Israel". Era necesario que el evangelio fuera predicado primero al pueblo judío. No se debe llevar el evangelio a los gentiles hasta que los judíos lo hayan rechazado. Esta limitación a los apóstoles fue sólo para su primera misión. Por donde quiera que fueran debían proclamar: El reino de los cielos se ha acercado.
Jesús les dio poder para hacer milagros como confirmación de su doctrina. La intención del evangelio que les envió a predicar, era ministrar sanidad en el espíritu, resucitando a los que estaban muertos en pecado, en el alma expulsando demonios y sanando toda dolencia, y en el cuerpo sanando toda enfermedad de origen físico.
Les encargó que no llevaran dinero, ni otra muda de ropa, ni más calzado, sino que debían recibir lo que Dios les proveería a través de las personas a las que iban a ministrar. Esto nos enseña que su labor era digna de ser reconocida y que su salario debería venir de aquellos a quienes llevaban el alimento espiritual, pero también, nos enseña que debían aprender a depender únicamente de Dios; y es que nosotros somos muy dados a sentirnos tranquilos cuando llevamos dinero con qué suplir nuestras necesidades, pero cuando no lo tenemos, la preocupación invade nuestra mente y se roba nuestra paz.
Les dice qué hacer en las ciudades y pueblos desconocidos, no debían quedarse en cualquier lugar, sino recibir hospedaje de personas de buen testimonio de vida, personas no precisamente de una alta posición social, sino personas serviciales y afables. Debían declarar la paz en toda casa donde entraran, pues el siervo de Cristo es embajador de la paz en cualquier parte donde sea enviado.
Y por último, les aclara que habrá lugares donde no serían bien recibidos, y que cuando así fuera, debían salir de aquella casa o ciudad sacudiendo el polvo de sus pies, en señal de que ellos con vigor se libraban de toda conexión con aquellas personas, y de toda responsabilidad por haber sido rechazados ellos y su mensaje.
Esta labor encargada por el Señor, continúa aún vigente y siendo realizada por miles de personas que han decidido atender el llamado del Señor de llevar el evangelio por el mundo entero, para que se cumpla el plan de Dios, de rescatar a todo aquel que recibiere el evangelio de salvación de nuestro Señor Jesucristo.
Si te ha gustado esta enseñanza, compártela con tus amigos y familiares.
Apóyanos dándole "Me Gusta" a la página en facebook: https://www.facebook.com/anillodesellar
También puedes encontrarnos en twitter como @SealRingOfLove, o escríbenos a sellodeamoreterno@gmail.com.
Dios te bendiga y que tengas un excelente día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario